La soberanía alimentaria desde el territorio
Un proyecto de extensión con claves para la incidencia
En el marco del llamado de la Comisión Sectorial de Extensión (CSE) a proyectos que aporten a la atención de la emergencia sanitaria surgida a partir de la pandemia por COVID 19, la Facultad de Agronomía (desde el Centro Regional Sur), la Facultad de Información y Comunicación (FIC) y la Escuela de Nutrición presentaron el proyecto Alimento y Soberanía. Articulando saberes y necesidades en contextos vulnerables para la producción y acceso a alimentos1 en articulación con cuatro Municipios del departamento de Canelones (Las Piedras, La Paz, 18 de Mayo y Progreso).
Este proyecto buscó generar acciones y espacios que permitieran, transversalmente, contribuir a fortalecer la formación en la producción (familiar y comunitaria) del alimento en contextos urbanos y rurales, la vinculación de actores y líneas de trabajo en el territorio que promovieran el acceso al alimento y la incorporación de la temática en la currícula terciaria de modo de aportar el foco de la soberanía alimentaria en profesionales de Agronomía, Comunicación y Nutrición.
A continuación presentaremos las distintas acciones realizadas a través de distintas formas de abordaje: espacios de formación, de encuentro, de intervención y de acompañamiento.
Formación y acompañamiento en Escuelas rurales: la huerta como herramienta pedagógica y práctica para la producción de alimentos.
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Este eje del proyecto tuvo como finalidad: incorporar en los centros educativos la huerta agroecológica como herramienta pedagógica y práctica para la producción de alimento para las escuelas y/o familias. Participaron 15 maestras, la Maestra Capder e inspectoras zonales; 260 niños y niñas y algunas familias productoras de alimentos de las Escuelas N°s 208, 32, 51, 134, 72, 206, 29 y 40. Las escuelas se localizan en el entorno del Centro Regional Sur (CRS), en los parajes de Cuatro Piedras, Juanicó, Rincón del Gigante, Canelón Chico, Cuchilla de Sierra, Tropezón y La Cadena.
El equipo docente estuvo integrado por Agronomía, Nutrición y Comunicación y la propuesta tuvo dos momentos. En el primero se realizaron cuatro encuentros virtuales donde se trataron conceptos de Agroecología, Comunicación, Nutrición y Alimentación saludable, además de herramientas didácticas desde la huerta para el aprendizaje de los contenidos curriculares.
En el segundo momento se desarrollaron jornadas presenciales en cada escuela donde se trabajaron los elementos conceptuales de la etapa anterior además de la vinculación de los contenidos en el intercambio con familias y productores y productoras de la zona. Se diseñaron talleres con “estaciones de trabajo” donde niñas y niños realizaron actividades lúdicas sobre los alimentos, la incorporación de hábitos saludables y el trabajo en la huerta. Se revitalizó el espacio armando “milpas” con semillas criollas de maíz (“Palomita blanca”- Fagro), zapallo criollo y poroto y trasplantando tomates y morrones en macetas para que niñas y niños llevaran a sus hogares. Cada Escuela invitó a una o dos familias de productores de la comunidad cercana y las y los niños elaboraron preguntas sobre la producción y comercialización de alimentos, que sirvieron de base para una entrevista colectiva. En cada jornada se compartió un almuerzo saludable realizado por las auxiliares de la Escuela, y contó con el aporte de una canasta de productos agroecológicos de un productor rural que enviaba una carta a la comunidad escolar saludando a niñas y niños e invitándoles a producir y consumir alimentos sanos.
El 19 de Noviembre se realizó una evaluación en el CRS junto a las Maestras, la Maestra CAPDER e Inspectoras, donde, además de presentar y visitar esta sede universitaria, se evaluó este eje del Proyecto. Las evaluaciones fueron muy positivas, destacando el valor de la huerta agroecológica escolar, su aporte en el logro de una alimentación saludable, así como al aprendizaje de contenidos actitudinales y procedimentales. Se destacó también el trabajo interinstitucional y la necesidad de fortalecer los vínculos de las escuelas rurales con la Udelar.
Intervención, formación y acompañamiento en huertas comunitarias: el colectivo Elepé y La Colmena del Parque; Campisteguy y Parque Tecnológico Canario (PTC).
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Desde el comienzo del proyecto se buscó articular con los Municipios que formaban parte del proyecto y se trabajó en estrecha vinculación con el Municipio de Las Piedras.
En este marco, se comenzó a desarrollar una actividad de formación abierta a vecinas y vecinos del barrio Campisteguy y sus inmediaciones en la huerta que llevaban adelante Laura y Pablo junto al colectivo Elepé. A través de las distintas actividades se conformó un grupo de participantes que estaba integrado fundamentalmente por dos colectivos: algunas de las personas que forman parte del colectivo Elepé y algunas de las personas que integran La Colmena del Parque (huerta comunitaria que se encuentra en el Parque Tecnológico Canario). Este movimiento implicó que se delineara la propuesta de formación y de acompañamiento desde la profundización de los procesos de trabajo de estos dos espacios y colectivos: tanto desde la mirada de la producción de la huerta como desde la del proyecto que la sostiene y la organización grupal que la posibilita.
Las jornadas de trabajo se realizaban cada 15 días, centralmente en la huerta de Campisteguy aunque cada tres instancias que hacíamos allí, se realizaba una en PTC.
Las huertas y la grupalidades eran muy distintas y por supuesto, sus experiencias, historias y desarrollos. Campisteguy es una huerta que surge como huerta familiar originalmente pero que luego se comienza a pensar como huerta comunitaria como parte del proyecto social y político del Colectivo Elepé. Esta idea nace vinculada al surgimiento de las ollas populares en el marco de la pandemia (especialmente a la que gestiona una de sus integrantes en el mismo predio de la huerta) y como necesidad de pensar procesos, herramientas y recursos a largo plazo que promuevan el acceso al alimento. La producción de la huerta estaba destinada a la elaboración del alimento en la olla popular que gestiona Laura.
La huerta de La Colmena del Parque surge de un grupo de participantes de actividades de formación en Huerta que realizó el Parque Tecnológico Canario. Como forma de promover la realización de una huerta comunitaria en el predio del Parque comenzaron a trabajar en la definición y organización del proyecto de modo de ser previamente aprobado por las autoridades del espacio. El comienzo del proyecto se pospuso por las primeras medidas sanitarias contra la pandemia por COVID 19 tomadas en Marzo de 2020. Sobre fines de ese año, volvieron a reunirse y a comenzar de a poco a armar el espacio. La producción de la huerta estaba destinada al consumo de sus integrantes.
Curso Alimento y ciudad: vecinos y vecinas de Las Piedras promoviendo acciones de huerta
El Curso Alimento y ciudad tuvo la intención de generar un espacio de formación en producción en huerta y una aproximación a procesos y herramientas de Comunicación que permitieran a sus participantes realizar acciones de promoción en huerta.
La propuesta surge a partir de la necesidad del Municipio de Las Piedras de generar algunas actividades y espacios que permitieran instalar el contenido en el territorio en articulación con líneas de trabajo que ya se venían desarrollando desde distintas políticas públicas departamentales y municipales.
Se convocó a vecinos y vecinas referentes de las distintas unidades barriales de Las Piedras de modo de ampliar la llegada geográfica pero también social. Fueron convocadas personas vinculadas a Comisiones vecinales, a las grupalidades de los Jornales solidarios, a proyectos educativos, etc. Esto implicaba una diversidad de edades, experiencias sociales y trayectorias de vida además de sus distintas formas de relación y conocimiento de la huerta.
Fue un curso de 10 talleres que se desarrolló en el salón del barrio Laures y que permitió generar un pequeña huerta en el predio del salón comunitario y un avance en la organización del trabajo para poder sostener el espacio. Además, surgieron de allí algunas ideas para pensar a futuro como es el de un Banco de Semillas o una huerta comunitaria entre madres jefas de hogar.
Encuentro con productores y productoras rurales
Una de las intenciones del proyecto era la de vincular a distintos actores de la producción y elaboración del alimento: productores y productoras rurales de Canelones, huertas comunitarias y/o familiares, personas o grupos que llevan adelante ollas populares.
Durante este año, el proyecto pudo desarrollar una visita a dos productores rurales junto a los participantes de los distintos espacios que se generaron.
Durante la mañana del 27 de Noviembre, una grupalidad de aproximadamente 40 personas, participantes del Curso de Alimento y Ciudad, de las huertas de Campisteguy y PTC, entre otros visitaron dos predios de personas que con distintas trayectorias y experiencias en la producción. Por un lado una familia de Canelones que heredó el terreno, el “oficio” y la tradición de su generación anterior, que se dedica fundamentalmente a la plantación de tomates, que (en el marco de la pandemia y la suba de los precios) decidió comenzar a probar recursos de la agroecología y que vende a través de la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM).
Por otro lado, se visitó a un productor que es originariamente de Montevideo, que vive en un predio comunitario, que hace dos años decidió cambiar su trabajo y dedicarse a la producción hortícola, que tiene una producción diversa y que vende a través de canastas a domicilio y de algunas ferias de Montevideo.
La salida en general y las visitas en particular fueron bien valoradas por las y los participantes que buscaban intercambiar sobre sus historias, las dificultades de la producción y los recursos de los productores para conseguir semillas en particular y para sostener la actividad en general.
Formación de estudiantes universitarios: Curso Alimentación y vulnerabilidad con estudiantes de Comunicación, Agronomía y Nutrición y práctica anual de Comunicación Educativa y Comunitaria
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El proyecto preveía la integración de estudiantes de Comunicación, Nutrición y Agronomía en su desarrollo. Esto se tradujo en al menos dos espacios: la realización un curso breve dirigido a estudiantes de las tres carreras y la intervención de un grupo de estudiantes de Comunicación Educativa y Comunitaria que realizó su práctica anual desde el Proyecto.
El curso se llamó Alimentación y vulnerabilidad: construyendo estrategias transformadoras hacia la soberanía alimentaria. Buscó contribuir a la comprensión crítica de los sistemas agroalimentarios, la complejidad del acto alimentario y la soberanía alimentaria así como comprender las bases conceptuales de la Agroecología como propuesta transformadora del sistema alimentario y su contribución a la soberanía alimentaria.
Por otro lado, se proponía promover el aprendizaje en torno a abordajes metodológicos de territorio a través de una breve experiencia práctica. La misma se realizó en la Comisión de vulnerabilidad del Municipio de Las Piedras, un espacio de intercambio y participación que involucra a las ollas y merenderos del Municipio. El trabajo de las y los estudiantes priorizó aportar a la construcción de conocimiento en relación a las personas que asisten a las ollas y merenderos, a las trayectorias de estos espacios y a su vinculación en el territorio. En el cierre del curso presentaron un informe y elaboraron un material de comunicación que fue entregado a las y los participantes de la práctica.
Por otro lado, el grupo de estudiantes de Comunicación Educativa y Comunitaria realizó un proyecto que buscó realizar un mapeo itinerante sobre los sentidos de la Soberanía alimentaria en el territorio. Lo hizo a través de talleres realizados con el Colectivo Elepé, La Colmena del Parque, el Colectivo Diverso, el Mercado Popular de Subsistencia, el Municipio de Las Piedras y la grupalidad que lleva adelante la Olla popular de Canelón chico. De este proyecto resultaron al menos dos productos: un mapa de actores de quienes forman parte del circuito del alimento y un mapa de sentidos sobre Soberanía alimentaria. Además resulta interesante el proceso y abordaje metodológico propuesto para abordar la temática desde la mirada de la Comunicación.
Un cierre que abre muchos caminos posibles (y necesarios)
El Sábado 10 de Diciembre se realizó la jornada de cierre del año del proyecto en el Centro Regional Sur. Allí participaron muchas de las personas que fueron parte de las distintas líneas de trabajo del proyecto, además de algunos y algunas integrantes del equipo docente, el Director del CRS y el Alcalde del Municipio de Las Piedras junto a la Directora de Políticas Sociales del mismo Municipio.
En la jornada se compartieron imágenes y relatos sobre lo realizado pero fundamentalmente se intercambió sobre los caminos a construir sobre la temática vinculado a las necesidades y problemáticas del territorio.
En este sentido, se habló sobre la falta de herramientas y conocimientos de la población en general, de la necesidad de llegar a otros barrios y de generar lazos en el territorio. Al mismo tiempo, se entendía que era importante el desarrollo de políticas sociales que incluyeran estas temáticas y que partieran de la agenda de las comunidades (sean las de la sociedad civil como las de las instituciones). Por último, se entendía relevante generar un espacio de participación que pensara desde la promoción de la soberanía alimentaria en particular.
Desde este punto de partida, se entendía necesario continuar generando espacios de aprendizaje y promoción en huertas familiares, comunitarias y educativas a la vez que incidir en otras dimensiones de la política educativa para la infancia: involucrando a autoridades de ANEP e incidiendo en la currícula escolar.
Por último se presentaron al menos tres ideas de proyecto para realizar: un banco de semillas comunitario, la continuidad de la huerta en Barrio Laures y la realización de un banco de herramientas para el trabajo en la huerta.
De forma transversal, se entendía que las acciones y actividades que se realizarían de aquí en más debían buscar motivar y estimular la soberanía alimentaria, generar procesos sostenibles y sistematizar los conocimientos construidos.
El desarrollo del proyecto implicó atravesar otros temas que son parte de la vida de las personas y las comunidades y sobre todo de la intervención en el territorio desde esta temática: la organización social, los procesos educativos, la dimensión política y cultural del vínculo con el alimento, la relación Universidad - Comunidad, el desarrollo e incidencia de las políticas públicas desde esta mirada, las lógicas del mercado.
Este proyecto termina en Marzo del 2022 y prevé, al menos, generar materiales de análisis y comunicación que permitan dar continuidad a los ejes abordados. 2