Foto recorridas de experiencias, escuela N°145/290.

Cerca de 200 personas de instituciones públicas y privadas de ocho países -docentes de todos los niveles de la enseñanza, educadores, académicos y agentes locales dedicados a la huerta agroecológica educativa-, participaron en Montevideo del 20 al 22 de setiembre en el VIII Encuentro de la Red Internacional de Huertos Escolares (RIHE). Ver VIDEO del encuentro

El evento se desarrolló en la sede de la Facultad de Agronomía. La declaración final informa sobre la creación de una Red integrada por las experiencias en huertos educativos en América del Sur. Propone la huerta educativa como referente desde donde trabajar los contenidos curriculares en todas las áreas del conocimiento, así como promover un cambio positivo en valores y actitudes respecto al trabajo con la tierra, en favor del cuidado del ambiente y de la soberanía alimentaria. 

Declaración final   
En Montevideo-Uruguay, al inicio de la primavera de 2017, nos reunimos 200 personas de instituciones del ámbito público y privado de ocho países, docentes de todos los niveles de la enseñanza, educadores, académicos y agentes locales, que trabajamos en torno a la huerta agroecológica educativa, con el cometido de intercambiar experiencias, discutir y reconstruir los conceptos centrales en los que se basa la propuesta y el crecimiento y fortalecimiento de la Red. 
  
Compartimos experiencias impulsadas desde la universidad, gobiernos locales, instituciones públicas, organizaciones no gubernamentales y colectivos organizados. El enfoque interdisciplinario, transdisciplinario e interinstitucional, así como la promoción del trabajo comunitario en redes, se destacaron como las estrategias para promover la sustentabilidad de las acciones. La agroecología como base conceptual y metodológica, facilitadora de la interfase que se establece entre la educación, la producción de alimentos y su consumo saludable, es el común denominador de las acciones. Asociada a esta, la educación colaborativa, la soberanía alimentaria, la inclusión social, la educación ambiental, la educación alimentario-nutricional y la promoción de la cultura científica, contribuyen a las transformaciones sociales que nuestros pueblos reclaman. 

En los talleres compartimos herramientas didácticas muy valiosas para trabajar desde la huerta educativa. Temáticas tan diversas como el reconocimiento del paisaje y uso sustentable de sus elementos, la alimentación, la narrativa poética, el proceso de compostaje, la cultura científica, la bioconstrucción, los microorganismos, y la observación e investigación como elemento central de la cultura científica estuvieron presentes. 

Visitamos experiencias de huertos educativos, no solo en ambientes escolares y liceales, sino también en espacios de privación de libertad, policlínicas y jardín botánico, demostrando que los huertos pueden ser espacios educativos, de inclusión, prevención en salud y socialización. 

La Red Internacional de Huertos Escolares se vio fortalecida por el trabajo en asamblea y en comisiones que se reorganizaron y a la que se sumaron nuevos compañeros. Se fundó una red integrada por las experiencias en huertos educativos en América del Sur. Estas propuestas de trabajo unidas en red auguran fructíferas cosechas en los próximos años y la hermandad de los pueblos americanos. 

La huerta educativa, referente y aula expandida desde donde trabajar los contenidos curriculares en todas las áreas del conocimiento, promueve aprendizajes en la producción de alimentos y un cambio positivo en valores y actitudes respecto al trabajo con la tierra y la naturaleza. Promueve conductas opuestas al individualismo, en favor del cuidado del ambiente, la construcción de soberanía alimentaria y el desarrollo sustentable. Fortalece los vínculos generacionales y el rescate de viejas tradiciones. Aporta a la educación nutricional y la seguridad y soberanía alimentaria, a través de la promoción del consumo de alimentos saludables y la incorporación de vegetales a la dieta, contribuyendo a la salud de niñez, la juventud y la vida futura. 

La agroecología tiene hoy el desafío y la obligación de contribuir a dar solución a problemas de inseguridad alimentaria y nutricional, a revertir procesos de exclusión, a defender la cultura de la producción familiar, campesina y de pueblos originarios, a proponer la conservación de los bienes naturales y a defender una educación para todas y todos.  

Nuestras experiencias demuestran que los huertos educativos son un espacio que abren camino al escalamiento de la agroecología y hacia la soberanía alimentaria. ¡Por nuestra salud, el ambiente, la equidad y «por la alegre celebración de la vida», huertos educativos ya!